Francisco Sánchez es uno de los directivos con los que he tenido la suerte de poder colaborar. A Francisco le caracteriza algo que hace distintos a los profesionales. La querencia por la autenticidad. Que las cosas sean verdad es revolucionario. Y Francisco, metódico pero sin las obsesiones del absolutismo perfeccionista, hace que las cosas sean verdad. Me ha impresionado mucho su trabajo en Cherubini, y no por sus resultados contundentes, si no por la forma de liderar, con ambición y sin perder la humildad. Un honor poder aprender a su lado.

Trabajo con muchos CEOs de empresas en diferentes sectores. Muy pocos se distinguen, muy pocos son únicos. Francisco Sánchez, es uno de ellos. Es una persona con mente inquieta, en continuo estado de aprendizaje, con una gran capacidad creativa, disruptor, ... pero lo más importante, Francisco es una de esas personas, y profesional, que hace lo que dice, y que hace que las cosas pasen. En mi modesta opinión, dos de las características fundamentales de los buenos managers: coherencia y acción. Francisco lo ha demostrado en los últimos años, también en etapas profesionales anteriores. Un directivo con capacidad de decisión, que ha sido capaz, con datos demostrables "en mano", de llevar al grupo italiano Cherubini de un nivel a otro, en orden a los resultados y, sobre todo, en lo que se refiere a la transformación cultural, organizativa, orgánica y operativa. Francisco es un manager de éxito. Y, lo mejor, es una persona de éxito. Una buena persona. Emocionalmente muy estable, deportista que compite, humilde y con una capacidad de relación extraordinaria. De verdad, Francisco es de esas personas que te hacen sentirte agradecido de poder conocerle, y de tenerle entre tus amigos.

Tuve la oportunidad de mentorizar a Francisco a través del PAD, el programa de AutoDesarrollo de emêrgap. Me impactó su disciplina a lo largo de los nueve meses, la hondura con la que asumió el programa, los logros personales y profesionales que alcanzó y cómo impactó con su liderazgo a su equipo gerencial y a toda la organización. Fue un privilegio acompañar a Francisco en su viaje de transformación.